domingo, 5 de julio de 2015

TRES CUESTIONES MONÁSTICAS EN LA PELÍCULA “EL SECRETO DE KELLS”


“El símbolo da que pensar”
Paul Ricoeur

The Secret of Kells es una bellísima película animada de 2D, coproducción irlandesa-francesa-belga, dirigida por Tomm Moore y Nora Twomey, estrenada el 8 de febrero de 2009 en el Festival Internacional de Cine de Berlín. El 2 de febrero de 2010, fue nominada a los Premios Óscar dentro de la categoría de mejor película de animación del año 2009. Basada en el libro con ilustraciones Brendan y el secreto de Kells. Planteamos tres cuestiones para pensar y dialogar a partir de la película[1].

PRIMERA CUESTIÓN: EL DIÁLOGO FE-CULTURA(S) O LA INCULTURACIÓN DE LA VIDA MONÁSTICA
1.         Dos actitudes ante la(s) cultura(s):
Actitud defensiva o negativa: el abad Cellach de Kells y su proyecto del muro que protege la paz del claustro y la cultura pacífica de la invasión de los hombres del norte: bárbaros, vikingos, una cultura agresiva, destructiva y ambiciosa; pero que a la vez, separa a los monjes y campesinos del bosque, la vida y la naturaleza: la sabiduría celta ancestral. El abad representa la ley, la prohibición, el sentido espiritual tropológico-moral separado del Libro.
Actitud constructiva o positiva: el hermano Aidam de Ioma y su proyecto del libro iluminado gracias a la naturaleza, que provee los instrumentos: plumas de oca, tinta de agallas, y las formas y motivos; y a la cultura, que entrega el “tercer ojo”. Algunos trazos del libro original aparecen en la animación de forma exacta, como la formas de los árboles que se pueden ver cuando Brendan se adentra por primera vez en el bosque. El libro “ilumina-da sentido” al bosque y el bosque “ilumina-da expresión” al libro. Cultura asumida y resignificada por la fe. El iluminador personifica el sentido espiritual alegórico del libro y del bosque.
2.         El papel del Evangelio en la cultura. Se trata del Libro de Kells conservado en el Trinity College de Dublin, la joya cultural irlandesa. La pagina central XP, “la más bella del libro”, es la genealogía de Jesús en Mt 1, 18 (Christi autem generatio…). Un Evangeliario iluminado por y en la cultura celta-sajona. “El libro que convirtió las tinieblas en luz”, “el libro que eclipsa todos los demás”. El libro que preservó y perfeccionó la cultura.
3. El rol de la cultura en la implantación monástica. El monacato celta asume la cultura celta-sajona y la resignifica (purifica y potencia) a la luz de la fe (Brendan puede descender a la caverna del Oscuro -el problema del mal, que no tiene respuesta para Aisling- con la antorcha tomada del monasterio). Los monjes celtas llevaran la cultura a la Europa continental en el renacimiento carolingio. La cultura celta estaba abierta a lo monástico[2].

SEGUNDA CUESTIÓN: LA AUTORIDAD Y LA OBEDIENCIA
1. La ley como prohibición. Cellach, está encargado del cuidado de la comunidad y lo hace con una actitud paternalista. En la tradición monástica celta se identifican el abad, el jefe del clan y el druida. El abad era más importante que el obispo. La ley está al servicio del doble proyecto del abad (la celda-la vida del abad es el plano-el proyecto): a) “muro” para la comunidad, que genera murmuración y desobediencia; y b) “sucesor”, en su sobrino, engendrando desconfianza y desobediencia.
2. A Brendan se le presenta el problema: ¿a quién obedecer, al superior o a su conciencia? El gran tema de la obediencia y libertad, porque paradojalmente no hay una sin la otra. Desobedece al superior y recibe un castigo. Obedece a la propia conciencia y acepta las consecuencias. Es notable la falta de diálogo entre Cellach y Brendan. Falta de escucha y de apertura de corazón. Recordemos que el monacato celta tenía un fuerte acento penitencial (penitencia privada y tarifada).
3. Reconsideración y arrepentimiento del abad. Ante la frustración de su proyecto (no valora el libro, se rompe el muro, las escaleras no soportan, cree perdido a su sobrino); el superior alto, fuerte y trabajador resulta herido por una flecha y aparece un niño a su lado. Reconsidera sus decisiones tomadas con sinceridad y se arrepiente, la hoja rota por la ira que guarda en la mano, y pide perdón: “tenias razón acerca del libro”. Papel del libro en el discernimiento y en el arrepentimiento.

TERCERA CUESTIÓN: LA FORMACIÓN DE LOS MONJES JÓVENES
1. Brendan de Kells: identidad-vocación de monje “pictor”, su talento al servicio de la comunidad. El problema de la propia voluntad y del orgullo de los artesanos/artistas, se soluciona por la finalidad: UIOGD.
2. La comunidad formadora/deformadora. Monjes que: ayudan a cazar la oca para las plumas, recuerdan las indicaciones del abad, lo ilusionan hablando de otros monasterios y apañan-encubren, murmuran, se quedan en la belleza exterior...
3. Un proceso personal de madurez humana y espiritual en tres momentos.
Primer momento:
a) La vida “del niño” dentro de los muros con el padre y los hermanos. Tiempo de aprendizaje (animales domésticos-pastor). Elección de un maestro, anciano espiritual, en su caso un iluminador por su particular vocación, que orienta personas y despierta vida. El punto fundamental a trabajar es reconocer el propio don recibido.
b) Salida al bosque-mundo. Enfrentamiento con problemas, miedos y temores (sombras exteriores, deseos-pájaros negros, pasiones-lobos negros). Descubrimiento y aceptación de las ayudas (gato Pangur Ban-mutua ayuda y Aisling-ayuda gratuita) para resolverlos. Búsqueda de los medios: las agallas para la tinta (color líquido) y el descubrimiento de los motivos naturales. Recolección de elementos y medios.
Segundo momento:
a) Regreso “del adolescente-joven” al monasterio. Enfrentamiento con el superior y con las consecuencias de sus decisiones, la correptio. El punto fundamental es el aprendizaje con el maestro del oficio (scriptorium). Ejercitación del don.
b) Salida al bosque-mundo. Enfrentamiento con las sombras interiores, simbolizadas por Crom Cruach: deidad fértil, solar, paterna (batalla bajo el agua, afectividad, con la serpiente) y recuperación del tercer ojo (ya usado por Columba de Ioma), la mirada, la pureza de corazón, la contemplación y la visión. Trabajo en el libro con todos los instrumentos bajo la guia del maestro.
Tercer momento:
a) Huida del claustro por la invasión de los bárbaros. Enfrentamiento con ellos-los otros. Proceso de purificación y renuncia (tapas del libro). Recibe la ayuda de los lobos. Tiempo de peregrinatio, navigatio, en la arena y en el cielo. Abandono del maestro. Integración del anima (lobo blanco y Aisling). Unificación de los deseos (un pájaro blanco). El don compartido fuera del monasterio.
b) Regreso al monasterio-casa, retorno al padre. Obra terminada. Reconciliación e integración. ¿Cuarto momento? Abierto…

El “secreto” reside en el paralelo entre el Libro (iluminación) y Brendan (maduración-individuación). O, mejor dicho, en el papel de la lectio divina en la formación monástica[3]. Es lo último que se ve en la película. Las caras de Brendan se transforman en el rostro de Cristo, así el libro se hace vida. El libro de Ioma (Aidam) pasa a ser el libro de Kells (Brendan y Cellach), el libro de la propia comunidad.

Para seguir leyendo:
Ana Suárez González, “De la pantalla al scriptorium monástico (letra e imagen en una lectura inversa), en Cistercium 256 (2011), pp. 177-212.
Santiago Rodríguez Mancini, “El secreto de la nueva evangelización estaba afuera”, en Vida Pastoral Año LIV, Nº 312, Noviembre 2012, pp. 40-44.

Pedro Edmundo Gómez, osb




[1] Conferencia a la comunidad en setiembre de 2012; la película es trabajada con los novicios.
[2] “El pensamiento celta no era discursivo ni sistemático. Pero en sus especulaciones líricas los celtas dieron expresión a la sublime unidad de la vida y la experiencia. El pensamiento celta no estaba lastrado por el dualismo. No dividía lo que propiamente ha de estar unido. La imaginación celta expresa la amistad interior que abarca como un todo la naturaleza, la divinidad, el mundo subterráneo y el mundo humano. El dualismo que separa lo visible de lo invisible, el tiempo de la eternidad, lo divino y lo humano les era ajeno. Su sentido de amistad ontológica generaba un mundo empírico impregnado de una rica textura de alteridad, ambivalencia simbolismo e imaginación. Para nuestra separación dolorosa, la posibilidad de esta amistad fecunda y unificadora es el don de los celtas” (John O’ Donohue, Anam Cara, El libro de la sabiduría celta, Emecè, Bs. As., 1999, p. 19).
[3] “…las palabras de la Sagrada Escritura, según se ha dicho muchas veces, crecen en inteligencia según lo que en ella sienten los lectores; pues en una misma sentencia de la Sagrada Escritura, el uno se alimenta solo de la historia, otro busca el sentido típico; otro, en cambio, por la figura busca el sentido contemplativo o místico… Luego, porque lo que dicen las sagradas palabras crecen con el espíritu de los que las leen…” (S. Gregorio Magno, Homilías sobre Ezequiel I, 7, 9-10, pp. 300-301).

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