sábado, 13 de agosto de 2016

San Benito: la moral y la política I° parte

“Es siempre peligroso establecer paralelismos demasiado precisos entre un período histórico y otro; y entre los más engañosos de tales paralelismos están aquellos que han sido establecidos entre nuestra propia época en Europa y Norteamérica y la época en la cual el Imperio Romano declinó adentrándose en la Edad Oscura. No obstante existen ciertos paralelismos. Ocurrió un punto de inflexión crucial en esa historia anterior cuando hombres y mujeres de buena voluntad se apartaron de la tarea de apuntalar el imperium Romano y cesaron de identificar la continuación de la civilidad y de la comunidad moral con la conservación de ese imperium. Lo que ellos se propusieron lograr en lugar de eso –a menudo sin darse cuenta completamente de lo que estaban haciendo– fue la construcción de nuevas formas de comunidad dentro de las cuales la vida moral podía ser sostenida, de modo que tanto la moralidad como la civilidad pudieran sobrevivir en la era adveniente de barbarie y oscuridad. Si mi descripción de nuestra condición moral es correcta, deberíamos también concluir que desde hace algún tiempo también nosotros hemos alcanzado ese punto de inflexión. Lo que importa en esta etapa es la construcción de formas locales de comunidad dentro de las cuales la civilidad y la vida intelectual y moral puedan ser sostenidas a través de la nueva edad oscura que ya está sobre nosotros. Y si la tradición de las virtudes fue capaz de sobrevivir los horrores de la última edad oscura, nosotros no estamos enteramente carentes de fundamentos para la esperanza. Esta vez, sin embargo, los bárbaros no están esperando más allá de las fronteras; ellos ya han estado gobernándonos por bastante tiempo. Y es nuestra falta de conciencia de esto lo que constituye parte de nuestro problema. No estamos esperando a un Godot, sino a otro –indudablemente muy diferente– San Benito.” (Alasdair MacIntyre, After Virtue. A Study in Moral Theory, University of Notre Dame Press; Notre Dame, Indiana, 1984, Second Edition, p. 263).

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