sábado, 30 de septiembre de 2017

La Virgen de la Iglesia de El Siambón

“La imagen de la Virgen en el Monasterio del Siambón, con los rasgos tiernos y nutridores de una mujer del noroeste, compañera también de cruces, de soledades y de alturas. Cruzando valles oscuros, anunciadora de victoria finales, capaz de desplegar colores inesperados que tiñen el gris de las piedras de nuestra pobreza y nuestra desesperanza, transformándolas en buena noticia. He pasado un tiempo de Navidad apoyándome en ella y a sus pies, dejándome renacer y repitiendo ‘Alégrate María’ como inicio de cada avemaría de mi rosario ilusionado.

Ella está allí, como su precioso Hijo en preciosas pinturas en la piedra, que durante horas he quedado contemplando. Pero no venero piedras, sino a ella, por pura gracia ya viviente en el Viviente, que nos renace dándonos a Jesús y deja que, por la fe, la esperanza y el amor, en sus imágenes-evocaciones la ‘toquemos’: le hablemos, le lloremos, le supliquemos, le agradezcamos, le prometamos, nos consagremos y nos abracemos” 

(P. Eduardo Meana Laporte, Reconociendo a María, Vivencias y contemplaciones para descubrirla, San Pablo, Bs. As., 2017, pp. 24-25).

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